Cuando llegamos al mundo estamos inmersos en una realidad particular compuesta por nuestro grupo familiar, quienes residen en una ciudad y en un país con una cultura determinada, en un momento histórico específico. Todos estos factores inciden en nuestra formación como individuo. Nuestra visión del mundo, el cómo percibimos el entorno y nuestras creencias acerca de la realidad están moduladas por nuestro círculo más cercano, así como por los medios de comunicación y aparatos tecnológicos que "socializan" con nosotros.
Nos vamos a detener en las creencias acerca de la realidad que acabamos de mencionar. De acuerdo a diversas definiciones del término, las creencias son los principios ideológicos de una persona, una creencia es un sentimiento de certeza sobre el significado de algo. Según Quintana, en Núñez et al (2013), son "un conjunto de realidades metaempíricas y de ideas que las personas o grupos, aceptan y reconocen como principio de cuanto desean pensar, hacer y esperar, en la orientación última de su vida".
Los padres y los hijos aprenden conocimientos, creencias, habilidades y valores promovidos por el grupo social al cual pertenecen.
En definitiva, consideraremos una creencia como una verdad individual que ha sido influenciada por el entorno particular, por los diversos agentes que encontramos en la realidad de cada individuo; padre, madre, familiares, vecinos, profesores, televisión, etc.
Lo que pensamos y hacemos los seres humanos está fuertemente influenciado por nuestras creencias acerca de la visión del mundo que poseemos. "Lo que creemos" es determinante a la hora de relacionarnos con el mundo que nos rodea, y no siempre coincide con las creencias de los demás.
Se preguntarán ¿por qué consideramos relevante éste tema? Les explicaremos.
Ya que las creencias son las que en mayor o menor medida determinan nuestra forma de pensar, hacer y estar en el mundo, es, desde nuestro punto de vista, infinitamente relevante preocuparnos de las creencias de los niños con respecto a temas tan importantes como la salud, la obesidad, la actividad física, entre otros, pero lo es más aún preocuparnos y ocuparnos de las creencias de sus padres y de su entorno más cercano. Núñez et al (2013) en un estudio acerca de las creencias sobre obesidad realizado a niños en edad escolar y a sus progenitores en Costa Rica, reconocen la importancia de educar a los padres en temas tan relevantes como la obesidad, para que ellos sean capaces de traducir los conocimientos en prácticas que sirvan para la modificación de conductas poco saludables en sus hijos desde temprana edad. Es vital que cuando deseemos enseñar y promover hábitos de vida saludable en nuestros alumnos ése proceso sea contextualizado y consideremos el seno familiar, el escenario escolar y comunitario y la sociedad en general, pues desde antes del ingreso a la escuela, se comienzan a gestar las creencias acerca de la obesidad, entre otras, así como las prácticas de actividad física.
En el mismo estudio ya mencionado se plantea que las creencias se deben considerar en la educación para la salud, pues ellas contribuyen o interfieren al cambio actitudinal de las personas, con respecto a la promoción de la salud y prevención de enfermedades como la obesidad. Lo que es indudablemente cierto. Es casi imposible enseñar algo que va en contra de las creencias de un grupo humano y que para ellos no guarda relación alguna con la realidad a la que se enfrentan a diario. No queremos con ésto afirmar que no se pueden aprender cosas que no tengan relación con la vida de los alumnos, sino que el aprendizaje se torna significativo cuando consideramos al individuo y lo que ya trae (sus creencias, conocimientos). Es importante que al enseñar hábitos de vida activa y saludable tengamos presente sus realidades y el entorno particular; ¿de dónde provienen nuestros alumnos? ¿qué piensan? ¿quienes son sus padres? ¿qué les han enseñado en relación al tema?
Preocuparnos y Ocuparnos, para lograr que nuestros alumnos construyan creencias que apunten a desarrollar hábitos de vida saludable, y si es necesario cambiar las creencias de todo el grupo familiar, hacer todo lo posible para lograrlo.
Podemos cambiar el mundo, porque aún cuando lo logremos sólo con uno, cambiamos su mundo.
Bibliografía:
Nuñez, Hilda; Campos, Natalia; Alfaro, Flory y Holst, Ileana. Las creencias sobre obesidad de niños y niñas en edad escolar y las de sus progenitores. Revista; Actualidades investigativas en educación. Instituto de investigación en Educación. Universidad de Costa Rica. Volumen 13, n° 2. Publicado el 30 de mayo de 2013.